La señoritas de Picasso

Por Lici Díaz

Pablo Picasso, se burla de la época, sacando de casillas a los tratadistas, cuando con su lienzo Les demoiselles d'Avignon, pintado entre 1906 y 1907, inaugura el "cubismo", más sin profundizar al ismo en sí, con este cuadro rompe esquemas de profundidades, vomita en el manejo de espacios, un cuadro anarquico, por así decirlo, para Picasso el natural tiene tan poca importancia, que abandona paisaje (por más cubos y conos que edificios y montes ofrezcan, por más cilindros que brinden los árboles), para dedicarse principalmente a la naturaleza muerta, en sus cuadros intervienen además de las frutas de volúmenes bien definidos, botellas, copas, naipes, pipas: todo un arsenal anti naturalista. En estos cuadros el pintor no hace brillar la luz del día, si no la luz de la idea, que al final, siempre es lo que más ilumina.

Pablo no acostumbraba a nombrar sus cuadros, fue cuando lo presento a sus amigos entre estos Apollinaire, el cual, con su manía de calificador, le dirijo el titulo de Burdel Filosófico y después, según la Wkipedia, André Salmon lo llamó Les demoiselles d'Aviyó, como una calle de Barcelona, que estaba llena de prostíbulos, más sin embargo nadie salvo estos artistas fornicarios, conocía esa calle, y pronto empezó a confundirse el nombre de Aviyó con el de la ciudad francesa de Avignon .

El cuadro, si hay que ser sinceros, no es la gran cosa, es lo magnifico de Picasso, su idea prevalece tanto, revoluciona el arte, en sí la obra, la técnica, y el perfeccionamiento físico de ella, pasa a un segundo plano, a partir de estas señoritas, las bases del arte se sacuden, se abre el campo visual y alcanzamos a ver belleza o una fealdad más allá de los cánones costumbristas, odiado, en su época, por los tradicionalistas, pero querido por todo aquel que sufría las nauseas de la vida simple a la que nos arrastran los aburridos siglos de "genialidad" y "belleza" impuesta.